Corporeidad y motricidad no son simples distinciones
utilizadas para refinar el lenguaje, son dos conceptos de tradición
fenomenológica que han empezado a ser utilizados en los últimos
tiempos en el contexto de una nueva “ciencia” llamada motricidad
humana.
La problematización de algunos supuestos tiene la pretensión
de aportar en la configuración de conocimiento situado,
un entramado epistémico que en lugar de cortar y excluir, seduzca
y convoque.
Al fin y al cabo toda apuesta de ordenamiento llamada
conocimiento será siempre, simplemente, una forma de mirar los
saberes inabarcables del cuerpo.