lunes, 20 de octubre de 2008

La Psicomotricidad y El Medio Acuático.

La socialización es función de la buena evolución de la imágen del propio cuerpo. Le Boulch

Cuando observo a los niños jugar en el agua, puedo apreciar claramente como cada uno de ellos, establece una relación diferente con ella, y como su forma de expresar las emociones, que ésta le producen, son del mismo modo únicas y particulares.

Saltar al agua desde el borde con un vuelo, fundirse en ella con un abandono relajado de tensiones, ingresar a la pileta sólo de mi mano o bajar del borde con la ayuda de papá, son algunas de las singulares situaciones que suelo presenciar, de cada uno de los niños, al momento del encuentro con este elemento.


Son muchos los procesos implicados en lo que comúnmente llamamos "dominio del cuerpo en el agua", pero dominar el cuerpo no es exclusivamente de este ámbito y "estar en el agua", requiere de otras capacidades más, que el solo domonio del cuerpo. Las actitudes que se adoptan para realizar desplazamientos, flotar o dejarse baleancear, están en íntima relación con las formas de Expresividad Motriz que el niño manifiesta con su cuerpo, en el espacio y la utilización del agua en tanto objeto.

Nadar no es un acto meramente físico, es un proceso cerebral complejo, que implica aprendizajes motrices, percepciones de sí, capacidades condicionales, equilibrio y ciertas automatizaciones.
Pero también son procesos psíquicos y cognitivos que, a tavés de la vivencia de situaciones de placer, se ponen en juego mecanismos que se constituyen, en función lúdica de realización de actividades reparatorias.


En este marco de consideraciones sobre el Medio Acuático, observamos que el agua cumple un doble rol, el que comunmente entendemos como espacio ambiental, donde se desarrollan los procesos antes descriptos, pero otro que para mi esta implícito en la concepción de quien acompaña en el agua y lo manifiesta en los modos de intervención, que es la de ser objeto. un objeto cargado de la presencia afectiva del adulto, sobre la cual el niño podrá tranferir su afectividad, en un diálogo tónico privilegiado, por un sostén y una envoltura que le permitirá la creación de una confianza hacia el otro y como consecuencia un facilitador para una mejor ambientación y permanencia en ella.


Sabemos que después del nacimiento el mundo interno y la realidad externa del sujeto, le otorgarán la posibilidad de conocer el mundo, a través de diversas interacciones. Cuantas mas experiencias viva el sujeto, mayor será su capacidad de desarrollo, es aqui donde el medio acuático se constituye como un nuevo estímulo, que le brindará la pasibilidad de integrar sus conocimientos a los nuevos sistemas de relaciones, vivenciados por su cuerpo en este nuevo ámbito.

En este inter juego sujeto-medio, se incrementarán las capacidades de expresión de movimientos y ademas se enriquecerán las relaciones interpersonales. Es entonces cuando el medio acuático deja de ser un simple mediador, para pasar a constituirse en el “espacio” de proyección del sujeto, constituyendo así un nuevo espacio de acción, para desarrollar su subjetividad.

El cuerpo encuentra en el agua: la contención y el sostén; y las constantes re equilibraciones corporales que provocan placer y satisfacción, generando sentimientos de alegría, potencia y auto valimiento. Estas vivencias posibilitan que el niño se reencuentre con su propio cuerpo, pueda sentirse y reconstruirse, para luego poder repensarse, no ya como un cuerpo con vivencias de displacer, sino como un cuerpo totalizado que proporciona satisfacción y encanto.


En este camino de construcción del Medio Acuático, todas las adquisiciones logradas se vuelven a poner en juego para conquistar este nuevo espacio. Tal como Piaget describe el proceso de adaptación, la organización psicomotriz vuelve a reorganizarse partiendo desde los primeros esquemas de acción vividos por el sujeto. Es en este momento cuando la presencia del adulto, sujeto real, con una significativa presencia, sostiene a través de una fuerte intervención en la matriz vincular, permitiéndole reconstruir estos esquemas de forma placentera y totalizadora.
Ahora bien, si tomamos dimensión de la singularidad del proceso establecido con el agua y comprendemos como esta experiencia es vivida por cada individuo, no podemos, de ningún modo, realizar propuestas de acción, ni establecer actividades en forma rígidas y generalizadas y tampoco podemos esperar resultados similares. De nada serviría valerse de idénticas estrategias y métodos para distintos sujetos, ni si quiera cuando nuestro objetivo fuese unicanente el competitivo.

La forma de intervención más adecuada, sería una propuesta pedagógica entendida desde la lógica de la heterogeneidad, que acepte y reconozca las diferencias individuales de cada sujeto.

Esta pedagogía diferenciada requiere de un docente atento a las particularidades, que comprenda la diversidad y posibilite el surgimiento del estilo propio, como expresión de "lo creativo".

viernes, 10 de octubre de 2008

La Importancia de la Actividad Motora Espontánea

La Actividad Motora Espontánea, proporciona oportunidades estratégicas para que el niño desarrolle sus impulsos creadores, motores y sensoriales.
Constituyen una base auténtica en la construcción de la secuencia motora y la puesta en práctica del proyecto de acción, poniendo al niño en relación permanente entre el yo y la realidad.
Es a través de la actividad motora espontánea que se produce el aprendizaje del dominio de su cuerpo.


En estas expresiones creadoras que suceden en un espacio y un tiempo, intervienen ciertos elementos constantes: la noción de esquema corporal, la imagen corporal, la construcción de su espacio y tiempo, la relación con los objetos y las otras personas que están con él.



Se han realizado diferentes estudios, observando el juego espontáneo del niño en diferentes ámbitos como jardines de infantes, casas, parques o espacios de juego libre. Esta investigación realizada por Gilbert y Vidal, clasificaron las actividades motoras espontáneas en dos grandes grupos: Las Actividades motoras centradas sobre sí mismo y Las Actividades motoras dirigidas hacia el exterior.


Las actividades motoras centradas sobre sí mismo, son fuente de sensaciones placenteras, esencialmente vestibular y propioceptiva. Actúan preponderantemente sobre la construcción y re significación del tono, el equilibrio, las emociones, influyendo sobre la conciencia de de sí y el contacto con la realidad.


Las rupturas, reequilibraciones, giros o balanceos, producen fuertes sensaciones corporales, resultando de estas experiencias motrices, estados tónico emocionales capaces de producir aprendizajes sobre el dominio de su propio cuerpo, permitiendo toda gama de experiencias a nivel postura, de los registros activos y pasivos del movimiento. Estos movimientos son clasificados en tres grupos, Los balanceos, Los movimientos giratorios, Las caídas.



Los balanceos son considerados aquellos movimientos de oscilación regular del cuerpo o de una articulación, acción de vaivén con un desplazamiento a un lado y al otro un centro de equilibrio. La experiencia motriz va estar sujeta a la altura del centro de gravedad en relación al punto de apoyo; del balanceo realizado con los brazos de aquel realizado en una hamaca. Además hay una clara diferencia en el plano mecánico del movimiento, de los balanceos realizados solo con el cuerpo, de los realizados con la ayuda de un intermediario. Según sea la edad del niño, se obtienen distintos elementos que brindan seguridad y sostén a niños pequeños y a medida que la edad avanza, se modifican permitiendo un balanceo más amplio o mas acrobático.

Otra diferenciación en esta acción, también la encontramos en los balanceos sobre pelotas o neumáticos, sobre ramas de árboles, con las patas de atrás de una silla o balanceos en frazadas o alfombras. Los balanceos pueden ser pasivos, cuando la fuerza se ejerce por acción exterior al sujeto o activos, activada por impulsos producidos desde el propio cuerpo del sujeto o por enviones o empujes con diferentes partes del cuerpo del sujeto.



Los movimientos giratorios aparecen en un período posterior que los balanceos y a medida que el niño desarrolla sus habilidades motoras y de equilibrio, los giros evolucionan y se diversifican. Estos progresos se relacionan con el dominio del cuerpo en el espacio, el control del eje corporal como punto de apoyo y equilibración de fuerzas centrífugas del giro y la direccionalidad del movimiento de rotaciones.


Las caídas son actividades que manifiestan una brusca desnivelación del cuerpo, bajo la influencia y el efecto de la fuerza de gravedad a partir de una perdida de equilibrio o la pérdida de los puntos de apoyo. También son consideradas caídas los descensos en plano inclinado o toboganes.

Reptar y Gatear: acción fundamental para el desarrollo en la primera infancia.
El desarrollo cerebral e intelectual del niño depende en gran medida, de la cantidad y calidad de los estímulos que reciba. O sea que en gran medida, el desarrollo de su inteligencia estría vinculado a las actividades o ejercitaciones de las funciones motrices que realice. Los receptores de las sensaciones u percepciones del cuerpo comunican al cerebro, todas las experiencias de arrastre, gateo, caminata o salto que el niño realice.
Es absolutamente necesario otorgarle variadas posibilidades de movimiento y espacios adecuados para ejercitar la mayor cantidad de acciones motrices posibles. En el caso de bebes y niños pequeños describiremos dos etapas fundamentales a promover: el reptado y el gateo, tratando que estas formas de movimiento se desarrollen el correlato correspondiente.


El desplazarse rozando con el cuerpo en el suelo, debe considerarse el mayor logro en el área de la movilidad independiente. Gracias a esta acción el bebé deja de ser dependiente del entorno para alcanzar objetos y buscar nuevos estímulos por sí mismo.



Ahora los objetos que están al alcance de la vista, pueden ser seguidos y alcanzados. Los espacios que eran únicos de ser visitados, por iniciativa del adulto, dejan de serlo para pasar a ser sub espacio, con nuevos recorridos y circuitos, con diferentes elementos en ellos.
Hasta ese momento los objetos que desaparecían de vista del niño, desaparecían de sus imágenes y representaciones, pero ahora con la posibilidad de ser buscados, comienzan a permanecer en el recuerdo del niño y pueden ser buscados a través de sus representaciones.


Como sugerencia posible para otorgar al niño estas experiencias, colocaremos al bebe boca arriba sobre una superficie plana y dura, con objetos fáciles de ser aprehendidos, para que sus movimientos, que en un principio son reflejos, vayan acomodándose, a las torsiones, los rolados o rodadas que se irán organizándose de manera consciente para conseguir los desplazamientos. De manera gradual, se irán alargando las distancias y también el tiempo de estancia.


Las oportunidades de reptado y gateo deben ser frecuentes, sostenidas siempre por la mirada, la palabra y las significaciones de la acción motriz, mientras son ejecutadas por bebé. El arrastre ayuda en la coordinación de los hemisferios cerebrales, a través de la percepción y transmisión de los estímulos de las vías motoras.
El reptado otorga numerosos beneficios para el bebé. En primer lugar, la posición típica del arrastre le facilitará desarrollar y fortalecer los músculos la zona cervical al intentar levantar la cabeza y apoyarse sobre sus manos con los brazos estirados o sobre los codos cuando tiene los brazos flexionados, ésta posición facilita manipular los objetos que están al alcance de sus manos.

Avanzar en patrón cruzado implica, y a la vez ejercita, la coordinación entre los dos hemisferios cerebrales. El hemisferio derecho controla los movimientos y sensaciones de las extremidades izquierdas y el hemisferio izquierdo controla los movimientos y sensaciones del lado derecho de nuestro cuerpo. Cuando los dos hemisferios trabajan de manera coordinada quiere decir que su mano izquierda (hemisferio derecho) sabe lo que hace su mano derecha (hemisferio izquierdo) y por tanto puede, por ejemplo, pasarse cosas de una mano a otra sin que se caigan.


Cuantas más oportunidades tenga de moverse en el suelo, más posibilidades damos a sus dos hemisferios cerebrales para ejercitarse y desarrollarse plenamente lo cual favorecerá su desarrollo intelectual y la posibilidad de pasar a la fase siguiente: el gateo.

La posición supina, boca arriba, permite al niño contemplar su entorno, mover brazos y piernas de esta manera, jugar con sus manos y pies. Desde esta posición podrá girar sobre sí mismo y pasar de boca arriba a boca abajo y de boca abajo a boca arriba. Esto lo ayudará a desarrollar su equilibrio, obtener estabilidad en sus movimientos y también a cambiar de posición de manera voluntaria.

Es importante que este cómodo, no ponerle mucha ropa, para que esta no le impida realizar acciones por la falta de movilidad y por otra parte, que le facilite el movimiento. En el suelo colocar una frazada o cubrecamas para que no tenga frío. Las condiciones favorables son en un suelo plano y duro que no le ofrezca mucha resistencia en un inicio ni que resbale. También resulta beneficioso ofrecerle un plano con cierta inclinación. Esto hará que la propia gravedad lo motive a avanzar con sus manos alternativamente para mantener la estabilidad y equilibrio. Sus piernas se moverán compensando y equilibrando el avance.

sábado, 4 de octubre de 2008

Consideraciones sobre Sensibilidad, Percepciones, Sensaciones y Representaciones.



Expresividad Motriz
Tono Muscular
Sistema vestíbulo-cerebeloso

La Psicomotricidad es una técnica que facilita un espacio y un tiempo al niño. Un lugar privilegiado donde poder ser él mismo y potenciar así su desarrollo global (motor, cognitivo y emocional), a través del movimiento libre y siempre desde las propias capacidades y ritmo.
Se fundamenta desde la consigna que sostiene que es necesario disfrutar del "placer del movimiento" para luego poder disfrutar del "placer de pensar y aprender".

El cuerpo, como el elemento básico de contacto con la realidad


La Expresividad Motriz se manifiesta en las relaciones que el niño establece con el espacio, el tiempo, los objetos, las personas y con su propio cuerpo. Estas relaciones van a estar dadas en función a la sensibilidad, captada por los receptores y transmitidas en forma de impulsos nerviosos, condicionando el fondo tónico emocional.

Esta sensibilidad es percibida por el sujeto en dos niveles, superficial o profunda, pero también puede originarse internamente, a nivel visceral: sensibilidad exteroceptivas, propioceptivas o interoceptivas.

-las sensaciones exteroceptivas, corresponden a la sensibilidad de la piel, y comienzan su transmisión a través de receptores que están capacitados para percibir sensaciones de contacto, temperatura y dolor.


-las sensaciones profundas o propioceptivas, se originan en la parte profunda de la piel, en los músculos, tendones y articulaciones. Estas sensaciones transmiten al sistema nervioso, presión, posición, cambios de posturas y lo que es de suma relevancia, la percepción de los movimientos del cuerpo en el espacio.


Un sitema de senso-percepción que es considerado relevante en lo que refiere a la dimensión del cuerpo, en relación a la noción de espacio y tiempo, es el aparato vestibular. S
e ubica en el oído interno, posee cierta cantidad de receptores que se sitúan en los conductos semicirculares y se estimulan cuando la cabeza se mueve, gira, se ubica en diferentes posiciones o se re equilibra, estimulando así las endolinfas y los otolitos de la cóclea.

¿quién no realizó giros, alguna vez hasta marearse, solo para sentir el placer de re equlibrarse?

Esas sensaciones son captadas por los receptores y luego son transformadas, en forma de impulsos nerviosos, siguiendo diferentes vías de estimulación y convirtiendose en percepciones conscientes para el sujeto.

En otro caso hay sensaciones que originan respuestas reflejas y tambien aquellas sensaciones que controlan los circuitos inconscientes del sujeto.

Estas sensaciones son las llamadas propioceptivas o profundas, van a transmitir, de forma refleja, estímulos a los receptores musculares, originando así el Tono Muscular.

Esta percepción junto con la sensibilidad exteroceptiva, llegan a la corteza parietal para originar las sensaciones táctiles quinestésicas (percepción de la postura), además asociadas a otras percepciones constituyen las sensaciones visuales y auditivas que apoyaran la construcción del esquema corporal y espacial, permitiendo al niño interactuar con el mundo y los objetos, proyectando una mejor acción.


Las sensaciones de este mismo origen pero que se dirigen a la corteza cerebelosa, intervendrán en la regulación del tono y del equilibrio, regulando el movimiento del sujeto a partir de las características de la contracción muscular que se efectuó.
Las percepciones captadas por el aparato vestibular también se dirigen al cerebelo, constituyendo el sistema vestíbulo-cerebeloso, uno de los sistemas más antiguos en la escala zoológica, fundamental en la regulación del equilibrio y en la relación con el sentido de la vista, que rigen la motilidad ocular. Capacidad fundamental para el desarrollo del desplazamiento.

Frente a todos estos procesos sensoperceptivos, el sujeto va realizando movimientos más o menos conscientes, teniendo éste, la capacidad de recordarlos y asociarlos a situaciones de placer o displacer, según estas situaciones hayan sido vivenciadas. Para registrar estas sensaciones en la memoria afectiva es necesaria, tambien, la intervención del sistema límbico, que asentará las cuestiones afectivas y funcionales.


Estoy segura que una vez aclarado estos conceptos, estaremos en condiciones de dimensionar la importancia de las actividades lúdicas y los juegos de los niños en la primera infancia y sobre todo aquellos juegos que son prevalentemente funcionales o motores.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Corporeidad y Psicomotricidad: Conceptualización


Se hace imprescindible reflexionar, por qué es necesario que el docente en formación, tome dimensión de la importancia de los procesos de desarrollo de la corporeidad y la motricidad del niño. A lo largo de la historia de la educación, la escuela tradicional ha entendido y conceptualizado a los cuerpos de los sujetos como instrumentos a ser moldeados, adoctrinados o vigilados. Totalmente disociados, éstos, del aspecto cognitivo y el rendimiento inteligente.


Esta tradición dualista y fragmentaria, signó la intervención pedagógica por mucho tiempo y aun quedan en las escuelas, resabios de estas prácticas, que es necesario analizar y teorizar para poderlas transformar.

En primera instancia sería interesante pensar en el concepto de corporeidad. Sabemos que el cuerpo con el que actuamos, esta ciertamente atravesada por un entramado histórico, emocional, afectivo y socio cultural, que nos determina a la hora de ser con los otros. Esta construcción corporal fue iniciada desde el momento de nuestra concepción y está determinada por aspectos somáticos y psíquicos.

En el momento de nuestro nacimiento comenzamos a aprender del mundo a través de nuestras percepciones, propioceptivas, interoceptivas y exteroceptivas, y en este juego dialéctico entre mundo interno y mundo externo, vamos conceptualizando en forma procesual, los significados del mundo y los objetos, es entonces así como nuestro cuerpo cumple el rol de mediador, indispensable para la construcción de nuestra identidad.


Es a partir del contacto con el mundo, por medio del juego y el movimiento, que el niño desarrollo las capacidades motrices, expresivas y creativas, estructurando “Elementos Fundamentales” en la construcción y desarrollo del cuerpo.



La Psicomotricidad, por otra parte, es una disciplina que se dedica al estudio del movimiento corporal, no únicamente como expresión de descarga sino en una concepción mucho más amplia. Trata la influencia de éste en la construcción de la personalidad y cómo incide sobre lo afectivo, lo intelectual, lo emocional. En ella se considera al niño como una unidad bio-psico-social en la que todos los aspectos de su vida están integrados interactuando entre sí. Antes de los aportes de la Psicomotricidad, el cuerpo era comprendido en una concepción puramente mecánica. De ese cuerpo instrumental, mecánico se pasó a una concepción más amplia en la que se lo relaciona con la expresión, las artes plásticas y dramáticas. Pero ese cuerpo no está solo, es un cuerpo en relación con los otros.

¿Qué es la Psicomotricidad?

El cuerpo es entendido así como instrumento, expresión, relación.
Avances posteriores llevaron a la concepción de cuerpo de un sujeto determinado, con nombre y apellido, idea ésta en la que comienza a importar el deseo del niño. Se trata de una concepción más humanizada y es la que actualmente se considera en la Psicomotricidad.



Esta idea global de niño queda manifiesta en su acción, la que lo liga emocionalmente al mundo y que debe ser comprendida como el estrecho vínculo existente entre su estructura somática, afectiva y cognitiva. Es en la acción del niño donde se articulan todas sus posibilidades de comunicación y conceptualización. La Psicomotricidad se compone de las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio motrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial, la Psicomotricidad desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad.

Un niño sano disfruta jugando. Experimenta placer representando situaciones de la vida real en sus juegos. A la actividad que los niños realizan cuando juegan la llamamos actividad lúdica y ésta está determinada por los deseos del niño de ser de otra forma a la real. Si observan a un niño mientras está jugando es común verlo representar algunos paralelismos con la vida real, pero su papel en la obra siempre es el del adulto.



El juego se basa en el Principio Del Placer ya que cuando jugamos buscamos la satisfacción de una necesidad simbólica, en el mundo real. En el juego como en el sueño todo es posible. Se logra la transformación de lo pasivo en activo, desplazamos al exterior todos nuestros miedos, nuestras angustias internas para llegar a dominarlas con la acción. El juego según la teoría psicoanalítica sirve para elaborar esos contenidos mentales que nos causan angustia mediante su proyección al exterior, como una manera de dominarlos y elaborarlos para posteriormente poder interiorizarlos y convertirlos en pensamientos. Este es el fundamento principal de la terapia de juego muy utilizada en el tratamiento terapéutico infantil.


El juego es un paso previo para una socialización sana y objetiva en el plano real. Los juguetes son como una imitación de la realidad de los adultos. Pueden armarse y desarmarse escenas de juego, pero siempre desde el deseo del niño, dominando los objetos lúdicos. La actividad lúdica permite al niño repetir situaciones tantas veces como quiera, situaciones que en la vida real no podrían repetirse. El niño le da vida al juguete, le sirve para transgredir simbólicamente las prohibiciones. El Yo del niño es un "Yo" en formación, todavía sin recursos para enfrentar la realidad interna con la externa; en definitiva, es un "Yo" todavía inmaduro.


La evolución del juego según Piaget


1. Primeros meses a 1-2 años: Juegos de ejercitación destinados a la obtención del placer sensorio motor.
2. De 2 años a 6 años: Son los juegos del "como sí" que agregan el símbolo y la ficción. El niño representa con gestos todo aquello que no está presente. Es la etapa del juego simbólico.
3. A partir de los 6 años: Juegos reglados. Son una imitación del mundo adulto.

La evolución del juego según Anna Freud

Anna Freud estudió, como el niño evolucionó a través del juego desde el egocentrismo hasta el compañerismo. Habla de las siguientes etapas:



1. Ego/Narcisista: Se muestra identificado con el objeto real. No existe una clara distinción entre el cuerpo de la madre y el suyo propio. Le interesan aquellos objetos que produzcan ruidos hacia la segunda mitad del primer año. Esta es una forma de descargar su agresividad. En esta fase o etapa los juguetes son muy ambivalentes así como los sentimientos que se vuelcan hacia ellos.
2. Exhibicionista: Les gusta disfrazarse, hacer juegos que requieran mucha actividad psicomotriz, jugar a escenificar situaciones edípicas para así elaborar el conflicto edípico.
3. Juegos más definidos y marcados por su sexo. A partir de los 5 años


Juguetes, Organización del uso segun su evolución


1. Juguetes para llenar y vaciar.
2. Juguetes que pueden rodar, que ellos los puedan tirar, arrastrar o subir.
3. Juguetes de construcción que le permiten construir y destruir y así sucesivamente.
En esta etapa de juego (aproximadamente se da cuando empieza el control de esfínteres) es importante que el niño tenga un sitio donde guardar sus juguetes. El orden exterior ayuda al orden interno.
4. Juguetes que sirvan para expresar tendencias masculinas y femeninas. Cada cual en su sexo irá reforzando las identificaciones. En esta etapa coexiste el juego en grupo con el juego solitario.


Algunas últimas consideraciones en la observación del juego del niño


Un niño con gran variedad lúdica, creatividad y comunicación, nas da indicios de buena salud mental.


Si un niño repite el mismo juego una y otra vez nos estará mostrando que está buscando ayuda para resolver su conflicto interno.


Hay niños que demuestran tener muy poca tolerancia a la frustración y su manera de expresarlo es rompiendo, destruyendo lo construido. La tolerancia a la frustración supone una correcta adecuación entre el principio del placer y el principio de realidad.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Reflexiones Sobre el Tema del Jugar

..."Lo central y típico en la actividad lúdica, es la creación de una situación “ficticia”, consistente en la adopción de un papel de adulto, tomado por el niño y en representación suya en las circunstancias lúdicas creadas por el niño mismo"...

..."Lo típico de la situación ficticia es las transferencias de las significaciones de un objeto a otro y las acciones reconstitutivas en formas sintéticas y abreviadas de las acciones reales en el papel del adulto, adoptado por el niño. Eso llega a ser posible cuando se basa en la disparidad que aparece en la primera infancia, entre lo que se ve y el sentido que se da"...
L. Vygotsky.
..."Jugar es hacer, el juego compromete al cuerpo, el jugar tiene siempre una implicancia corporal, implica una acción sobre el mundo externo que modifica a su vez el “mundo interno"...
..."Es innegable que los niños juegan por que les gusta hacerlo, ellos gozan con todas las experiencias físicas y emocionales del juego. podemos aumentar el rango de ambas clases de experiencias proporcionando materiales e ideas, aunque los niños son capaces de encontrar objetos e inventar juegos con mucha facilidad y disfrutar en hacerlo"...

..."La ansiedad constituye un factor principal en el juego del niño, un exceso de ansiedad conduce al juego compulsivo o al juego repetitivo o a la búsqueda relacionada exagerada de placeres relacionados con el juego"...

..."En un comienzo el niño juega solo o con la madre, es en gran parte a través del juego en que los otros niños vienen a desempeñar papeles preconcebidos, entonces el niño comienza a permitir que sus pares tengan existencia independiente"...

..."El juego proporciona una “organización” para iniciar relaciones emocionales y permite así que se desarrollen contactos sociales"...

..."Jugar es un proceso universal característico de la salud, gracias al cual desde los primeros meses el bebe realiza la experiencia de sus habilidades en un campo preparado previamente por su madre"...

..."Debe distinguirse de los instintos, en particular de las pulsiones sexuales o agresivas cuya activación constituye una amenaza real entre lo simbólico y los fantasmas, es característico del acto de jugar y se inscribe como papel fundamental del yo"...
D. Winnicott.





sábado, 20 de septiembre de 2008

La Práctica Psicomotriz en Educación y Terapia

Principios Teóricos.

Esta práctica motriz busca optimizar las intervenciones educativas desde las conductas motrices, tratando de superar el dualismo que siempre ha existido en la enseñanza tradicional, entendiendo al niño desde la Cognición Psíquica sin tener en cuenta la vida emocional y simbólica.

La Psicomotricidad concibe al niño en un como una totalidad, psico somática y se compone de las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio motrices. Posibilitando la capacidad de ser y de expresarse en el contexto psico social, promoviendo el desarrollo armónico de su personalidad.
Durante la acción espontánea, el niño deja ver su vida afectiva, ya que durante esta práctica, puede vivenciar la unión dinámica en todas sus acciones y comportamientos, cuando juega, cuando habla, cuando nos mira.
A través de la práctica psicomotríz ayudamos al niño a superar los fantasmas de su vida más profunda, para transitar un proceso de maduración óptimo, que le posibilitará acceder a una adecuada comunicación, expresión, creatividad y pensamiento, condiciones importantes para su futura autonomía.

¿A Qué Llamamos Fantasmas?

Cuando el niño juega, moviliza la vida imaginaria las imágenes inconscientes y la emoción vivida en el espacio sensorio motor. Estas vivencias están en su mente del niño, pero la falta en la totalidad de su cuerpo, no le permite entrar en el registro de lo simbólico.
El niño es incapaz de diferenciar entre la realidad y su propia vida interior o sus pensamientos. Entonces el vínculo entre el significante y el significado, está roto y es solo a través del juego que se libera.
A esas imágenes las llamamos imagos o fantasmas. La representación del fantasma se realiza de dos maneras:

1.Mediante la representación corporal.

El psicomotricista representa al fantasma, introduciendo risas, bromas, llamando, nombrando las cosas por su nombre, hasta a él mismo, para evitar confusión entre realidad y el símbolo, capacidad que la escuela tradicional se encarga de matar en la mente del niño.
La intervención, frente a la aparición del fantasma es de acompañamiento y significación. Es importante que el niño no confunda la figura del psicomotricista con la del fantasma, para poder jugar placenteramente y que no crea que aquel desaparecerá. Cuando el niño se libra del fantasma, el psicomotricista debe estar a su lado para reconocerlo y ayudarlo a evolucionar.


2.Mediante los materiales de la sala.

Es importante estar atento a las manifestaciones del niño, y una ayuda importante es valerse de los recursos materiales para construir soportes del continente psíquico. Posibilitando la existencia simbólica y el acceso a las verbalizaciones.
Estas construcciones pueden efectuarse de dos maneras:
a. El adulto puede ayudar al niño que no puede construir, encontrando los objetos adecuados, entonces por medio de sus gestos representa lo que el niño trata de hacer.
b. El niño construye seleccionando los objetos y el adulto es quien lo ayudará a construir.
c. El niño solo o junto a otros niños tiene un proyecto de juego y puede llevarlo a cabo, entonces el adulto sólo significa lo construido para devolver el espejo de placer, que brinda esta acción.

Esta unión psicosomática, puede ser manifestada por los niños hasta los ocho años y es estrategia única para posibilitar las relaciones entre la motricidad, la afectividad y lo cognitivo. El niño vive la emoción de conocer el mundo y de explorarlo y su forma de hacerlo está controlada por su vida afectiva profunda.
Todo lo inviste o representa en función de su vivencia emocional. A esto lo denominamos expresividad motriz y es la forma de relacionarse con el mundo, todas sus acciones están bajo el dominio de la actividad profunda y la emoción.
Es a través de la práctica psicomotríz y nuestras intervenciones que favorecemos esta expresividad. Transitar este periodo de manera placentera y totalizadora es fundamental en la vida de los seres humanos.
Cuando el niño es bebe, la relación con su madre es muy fuerte, totalmente sensitiva, es lo Julián de Ajuriaguerra llama dialogo tónico emocional. Es la forma única de sostén y una mutua forma de relacionarse, olerse o tocarse. Esta forma de relación es importante para el niño, pero también es igual de importante, la etapa de individuación o diferenciación de la madre, que transitará más tarde, donde el niño busca su propia identidad, separándose de ella.
Reconocerse como sujeto, saber que aquel que observa en el espejo es él mismo, es una toma de conciencia de sí. La conducta de la madre juega un papel importante en este período, pues debe estar presente con el niño, ayudándolo y acompañándolo en este acceso a su autonomía. Es importante que el niño sienta que su madre no va a desaparecer, que ella seguirá allí pero a una mayor distancia entre ellos.
Es entonces que el niño comienza a busca su descentración, su integración en el mundo y con los otros, ya es consciente de que existe y es consciente de sus posibilidades. Es la etapa de asimilación, para Piaget. A partir de aquí, el niño es capaz de pensar por sí mismo y su evolución transcurre naturalmente.
Pero no siempre esta evolución es vivida como una unidad de placer. Por determinados déficit psíquicos o somáticos, aparecen formas de evolución disarmónicas y es en la sala de Psicomotricidad donde el niño juega esta subjetividad y se lo ayuda a evolucionar.
Esta descentración supone la separación del niño de las actitudes egocéntricas, lo pone en conocimiento que no está solo, que debe respetar y compartir con otros, lo hace comprender mejor a los demás, para así poder madurar. A partir de ahora la vida profunda del niño está controlada por actividades tales como el lenguaje, el dibujo, la escritura. El trabajo será entonces de otro tipo, como los juegos de reglas, los deportes o juegos grupales.

La Práctica Psicomotriz Educativa.

La práctica psicomotriz favorece la expresividad motriz, poniendo al niño en relación con el mundo con la vida profunda como fondo, mediante la comunicación, la creación y la formación del pensamiento operatorio.
Se propone tres objetivos específicos en su dinámica de acción: comunicación, descentración y creación.
La comunicación ayuda al niño a vincularse con el mundo exterior. El niño, junto con sus compañeros, juega, salta, corre, construye, destruye... de esta manera comparte sentimientos, convive con los demás. Este consigue descentrarse, comprendiendo que debe ajustarse a acciones sociales donde ponga en juego sus deseos y respete el deseo de los demás, respetando el tiempo, los objetos y los espacios, internalizando estas formas de comunicación, se afirmará como ser independiente, pero junto los otros. Llamamos a esto la socialización del niño.
El adulto, será el encargado de que las relaciones entre los componentes de la sala de Psicomotricidad participen de la práctica en forma saludable. Debe hacer evolucionar al grupo, organizando los juegos de cooperación, de convivencia, de orden y hasta de enfrentamientos de grupos para arraigar la noción de compañero y adversario, pero siempre en su rol de árbitro de la regla y brindando un espacio de seguridad.
Por su parte el niño debe ver a sus compañeros como una ayuda fundamental para lograr un objetivo común, y no como enemigos.
En el aspecto personal del niño, conseguimos la comunicación centrándonos en el aspecto corporal de esa comunicación, con la que el niño se relacionará con los otros, resolviendo esas necesidades que nos muestra, llevamos al niño progresivamente de los gestos a las palabras, haciéndolo avanzar hacia posibilidades creativas y conceptuales imprescindibles para la descentración.
Las vías de proyección del sujeto, se ponen en relación con el espacio, con los objetos y con los demás, aunque todo depende del deseo de comunicarse que tenga. Esta comunicación se genera desde el nacimiento, a partir de la relación tónico afectiva, antes mencionada y que compone con la diada bebé-mamá, hasta su separación y distanciamiento.
La agresividad, seducción y provocación son medios de comunicación, inmaduros y carentes de instrumento, es a través de la Practica Psicomotriz que estas formas deben ser transformadas en actos comunicativos. La comunicación hace al niño evolucionar en el nivel afectivo, abriéndose hacia pares y adultos.Esta comunicación puede darse a nivel verbal y no verbal.
La creación surge cuando las representaciones que el niño tiene del mundo exterior se concretan por medio de la acción y el movimiento.
El deseo de crear, surge en el niño cuando percibe situaciones significativas y estas lograron producir una resonancia transformadora.
Construyendo, armando o dibujando, surge en el niño la necesidad de comunicarlo, para lograr que estas acciones perduren en el tiempo y sean factibles de ser internalizadas.
El adulto debe animar esta necesidad de creación mediante el juego. La alegría que produce en el niño al finalizar su obra y recrearse en ella hace que necesite compartirla y transmitirla a otros. Así favorecemos a la descentración. La expresión es la traducción de la actividad mental.
El proceso de expresión desarrolla en el niño, capacidades relacionadas con la necesidad innata del hombre de comunicarse y con el proceso sensorial y perceptivo. Lo expresado esta en relación directa con lo observado, hablado o experimentado.

martes, 16 de septiembre de 2008

Técnica de la Observación y Registro

Si bien la observación es una acción, que pocas personas consideran innecesarias, son también pocas, aquellas que las realizan con actitud planificada consciente, atendiendo lo que observa.
Sabemos que la observación forma parte del método de investigación científico, que requiere de una planificación y supone una conducta deliberada del observador, cuyo objetivo es el de recoger datos e información para poder formular una hipótesis, y en un futuro verificarla.
En muchas ocaciones se confunde observar con mirar, ver una práctica o acciones de niños en situación de juego. El mirar utiliza lo visual, pero hay una intención concreta, un sujeto participando del hacer, consciente y sistemático.
Por eso se habla de diferentes miradas, miradas que condicionan acciones, que se conectan con otras miradas, hemos escuchado hablar mucho del valor comunicacional de la mirada, y como en la estructura del diálogo tónico-emocional, esta mirada constituye un factor fundamental en la matriz vincular del niño.
La observación en educación, es diferente a otras disciplinas científicas, porque el objetivo de estudio en la mayoría de casos, se realiza sobre hechos observables y concretos, pero siempre en proceso de transformación. Observar las acciones donde está implicado el hombre con su subjetividad en juego, como objeto de estudio, supone un complejo entrecruzamiento de variables, requiriendo pericias de observación y fieles registros, requiriendo del observador, habilidad y oficio.
Mirar al otro, lo captura, y el sujeto observado se convierte en un "prisionero" de su mirada, esto produce en el observado, reacciones de prestancia. Situaciones defensivas, que lo pueden conducir a manifestar conductas estereotipadas, forzando o deformando su habitar el espacio.
La observación nunca es neutra, la relación dialéctica que se produce entre el observador y el observado, produce una tensión cuyo producto puede ser la aceptación del vínculo, el rechazo o la inhibición, pero siempre es transformadora para ambos sujetos.
Si bien esta relación de observación es subjetiva, no puede negarse que es una realidad y como tal debe registrarse, concientizarse y analizarse, por que esa realidad subjetiva puede producir en las demás personas con las que se analiza lo observado, otras perspectivas en relación a los mismos hechos.
Según Barchelard: "El conocimiento de la realidad es una luz que proyecta siempre alguna parte de sombra", entonces donde no está la luz de nuestra mirada observadora, se ubica lo inobservable.
Con la aparición de la función de lo no observado, podemos inferir por contraste que esa fracción iluminada tiene para el sujeto observador, más "importancia", entonces tiene una cualidad especial.
Esta cualidad tiene relación estrecha con lo subjetivo del observador, con su marco teórico referencial, con su experiencia y estado emocional en el momento de la acción. El observador debe registrar los fenómenos con fidelidad, para que tengan validez los datos obtenidos.
Es necesario trabajar en la formación del observante, desarrollar en él una actitud de escucha empática, debe tener conocimiento y experiencia en registrar lo que le sucede, interpretar la resonancia vivenciada, y qué procesos internos experimenta o que fantasmas reactualiza mientras observa.
Mientras se observa, pueden verse muchas cosas simultáneamente, pero el sujeto que observa, percibe sólo lo que le interesa, no es una fotografía de la realidad, sino más bien es la interpretación subjetiva de la misma.
Esa recepción de estímulos, producen variadas emociones, esa sensopercepción es una respuesta anticipada a la realidad, o sea que lo registrado es el feed-back directo y el filtro subjetivo de la realidad. Filtrar la percepción es una definición de atención.
De esta forma vemos como la atención y la motivación tienen una influencia importantísima en la observación en relación al observador. Si no hay una necesidad que produzca la motivación, para poner en marcha la función de atención, es imposible que se produzcan el proceso de filtración de estímulos y no hay posibilidad de registro.
Otro concepto que podríamos traer es cuando más energía para procesar estímulos corporales se utiliza, menor capacidad tenemos para elaborar procesos en el hemisferio simbólico. Es importante alcanzar posturas y posiciones que permitan una mejor y más eficaz observación, evitando dolores, fatigas, posiciones incómodas, o imitar modelos que no permitan el desarrollo y la pertenencia de nuestra forma particular de estar.
Una descarga motriz, o un movimiento cada tanto nos permiten un mejor desarrollo de los procesos simbólicos, ya que procesos continuos de pensamiento, de escucha, traen aparejado la fatiga y la somnolencia.
Cuando la actividad motriz se puede apoyar en otros niveles subcorticales, los niveles superiores pueden dedicarse a los procesos de observación. La capacidad de observación está en relación con los factores hereditarios y el aprendizaje, sería entonces interesante entrenar esta capacidad.
¿cuál es la distancia óptima para observar?
ubicarse lo más cerca posible para poder mirar lo que allí sucede y lo más lejos posible para no incidir en el fenómeno que se presenta, pudiéndose desplazar en caso de creer necesario para poder registrar algún hecho que así lo requiera.
En la observación de psicomotricidad se debe hacer un escucha amplia porque las producciones del sujeto y del grupo, son un discurso multiforme, movimientos, palabras, gestos, mímica, posturas, actitudes de diferentes formas de habitar el espacio, de utilizar objetos y de interactuar.
El aporte desde un lugar diferente ayuda a comprender los fenómenos psicomotrices y el proceso grupal. El observador participa activamente en la escucha, pero no es parlante ni participante corporal, esto le permite hacer una lectura en otro tiempo, distinto al coordinador, que está implicado corporalmente en el juego.
Muchas veces el mismo coordinador necesita tener una referencia de su propio trabajo y encuentra en el registro del observador, también es útil registrar las ideas que surgen espontáneamente mientras se observan, podrían incluirse en forma de interrogantes o notas, sería como ponerle palabras a sus propias producciones.

Según Bernard Aucouturier, podemos distinguir tres tiempos en la tarea de la observación:

1º tiempo: La Descripción, "Lo que ví"...
Registrar las producciones de las personas, es un registro Y descripción de espejo, con relación a: El espacio utilizado - Material utilizado – Temporalidad – Posturas - El movimiento y tonicidad - Encuentro con otras personas
2º tiempo: La Resonancia, "Lo que sentí"...
Lo emocionalmente vivido ante las situaciones: Sentimientos de angustia, indiferencia, sorpresa, alegría, agresividad.
3º tiempo: La Hipótesis, "Lo que yo propongo"
Es una búsqueda de sentido a partir de una vivencia que opera sobre la realidad de las producciones.

Para finalizar es condición, incluir una conclusión de la experiencia realizada que sintetice explícitamente todo este complejo proceso de observar.

martes, 9 de septiembre de 2008

la Psicomotricidad como Estrategia de Intervención

La importancia de Jugar

La psicomotricidad es una estrategia técnologica, que facilita un espacio y un tiempo de acción para el niño, permitiéndole disfrutar del placer del movimiento para luego poder disfrutar del placer de pensar y aprender, un lugar donde poder ser él mismo y potenciar así su desarrollo global (motor, cognitivo y emocional), a través del movimiento espontáneo, libre, seguro y siempre desde sus propias capacidades.

El elemento indispensable de contacto con la realidad exterior es el propio cuerpo del niño.

La expresividad motriz se manifiesta en las relaciones que el niño establece con el espacio, el tiempo, los objetos y las personas que juegan junto a él, con su propio cuerpo. La observación de estos parámetros permite conocer el nivel de maduración del niño, así como los bloqueos, fijaciones y alteraciones, que impiden el desarrollo armonioso de su personalidad.

Las posturas, el movimiento, la voz, la mirada, el ritmo, todo el lenguaje no verbal, cómo trepa, cómo salta, cómo se disfraza o cómo y que dibuja, se convierten en indicios, síntomas y acertijos de la historia pasada y actual del niño.

Mediante la Psicomotricidad operativa, vivenciada o relacional, se pone al niño en situación de vivir emocionalmente el espacio, los objetos y la relación con el otro, de descubrir y descubrirse, única posibilidad para él, de adquirir e integrar el conocimiento de su propio cuerpo, del espacio y del tiempo.

¿Cómo transcurre una sesión de Psicomotricidad?

La sesión de psicomotricidad transcurre en un tiempo de 50 minutos y se divide en tres momentos:

1- Ritual de entrada o rueda inicial, en el que se hace un círculo, donde los niños pueden ver toda la sala, hablar sobre lo que quieran o puedan y se recuerdan las normas que previamente han sido establecidas ( podría ser: no hacer daño a los demás ni a uno mismo, no romper el material o lo que otros construyen, y cuando se avisa que termino la sesión, nos volvemos a juntar en círculo). 2- Juego libre, en el que los niños realizan el juego que quieren en el espacio y con el material que ellos eligen. Hay diferentes tipos de juego:

Juegos sensoriales (de destrucción-construcción, de disfrute del movimiento con arrastres, rodar, saltar, aparecer-desaparecer) que son la base para crear la imagen y esquema corporal, y que permiten coordinar el movimiento con la emoción.

Juego simbólico, por medio de los cuales los niños dramatizan, construyen sus espacios, muestran sus gestos, emociones, su postura, su mímica, etc.
Utilizan el material que hay en ese sector (carritos, mantas, muñecos, telas, módulos de diferentes tamaños y colores, envases de diferentes tamaños , sogas...) y son acciones previas a los juegos de roles.

Juegos de precisión y reglas, que supone ya una coordinación y una integración corporal. Los niños mayores los prefieren porque ya incluyen reglas, formas de jugar (luchas, competencias, tenis, emboques o encestados, puntería o saltar en un lugar concreto en distancia).

3- Ritual de salida o Rueda final, es el momento donde los niños pueden expresar y representar todo lo vivido en el juego. Es la recuperación de todo o que ha ocurrido en la sesión por medio de la verbalización, el dibujo, el modelado o el juego.
El rol del adulto en la sesión de Psicomotricidad

El psicomotricista es la figura que favorece las iniciativas de los niños, los mira, los anima y escucha activamente, intentando intervenir lo menos posible y siempre sin juzgar. Acepta al niño tal y como es, y lo contiene cuando lo cree necesario a través del gesto, la mirada, el tono de su propio cuerpo o la palabra. Se encarga también de separar espacios cuando hay juegos diferentes para que no se golpeen ni molesten unos a otros. Además facilita la expresión de sentimientos y vivencias de los niños.

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miércoles, 27 de agosto de 2008

Acciones Para el Proceso de Formación y Capacitación Docente

La Observación Estratégica

La reflexión sobre las prácticas, supone un proceso de análisis consciente y crítico en el uso de las estrategias. la selección y el uso de las estrategias en un detrminado momento de la clase y el recurso seleccionado para la transmisión del contenido planificado, supone una Elección Didáctica, que permite asociar la teoría y la práctica, requiriendo del docente un rol de investigador.

la investigación y la "puesta en la práctica" es un proceso sistemático de actuación e indagación reflexiva, que articula los procesos de tensión entre los elementos que el docente conserva, transforma, innova o modifica.

A esta metodología se la conoce como La Investigación-Acción, es una potente herramienta, que presenta diferentes fases que son "la espiral del cambio". El desafío en la formación y capacitación profesional es saber articular en un mismo proceso de construcción, la reflexión, la innovacion y la superación estraté
gica del futuro profesional.

Como primera acción, nos ocuparemos de la Observación. Esta herramienta es la principal estrategia de recolección de información y nos posibilitará trabajar con elementos cualitativos para nuestars investigaciones.


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Es indispensable comprender que el fenómeno de observar, requiere de una anticipada planificación, incluyendo los itens a analizar, que orienten y conduzcan el proceso de recolección de datos.

En la observación, el investigador debe focalizar claramente en:

  1. El objeto de estudio o la cuestión que justifica la observación.
  2. El recorte de la realidad a observar (los juegos de los niños, discuciones grupales en los acuerdos, el sujeto en interacción con pares, el docente y sus estrategias de enseñanza, etc)
  3. El lugar donde se produce la observación.
  4. El Procedimiento para la observación, determinando el lugar que se va a ocupar a la hora de observar, como utilizará los instrumentos de registro, fotografías, filmaciones, registros gráficos.
  5. El Tiempo dedicado al momento específico de la observación.
  6. Las Especificaciones de los métodos de análisis que se utilizarán para comparar los conceptos observados, con el marco de referencia teórico.
  7. El Modelo metodológico con el que se va a publicar y comunicar la información extraída de los registros de obsrvación. Informe y conclusión.