viernes, 26 de septiembre de 2008

Corporeidad y Psicomotricidad: Conceptualización


Se hace imprescindible reflexionar, por qué es necesario que el docente en formación, tome dimensión de la importancia de los procesos de desarrollo de la corporeidad y la motricidad del niño. A lo largo de la historia de la educación, la escuela tradicional ha entendido y conceptualizado a los cuerpos de los sujetos como instrumentos a ser moldeados, adoctrinados o vigilados. Totalmente disociados, éstos, del aspecto cognitivo y el rendimiento inteligente.


Esta tradición dualista y fragmentaria, signó la intervención pedagógica por mucho tiempo y aun quedan en las escuelas, resabios de estas prácticas, que es necesario analizar y teorizar para poderlas transformar.

En primera instancia sería interesante pensar en el concepto de corporeidad. Sabemos que el cuerpo con el que actuamos, esta ciertamente atravesada por un entramado histórico, emocional, afectivo y socio cultural, que nos determina a la hora de ser con los otros. Esta construcción corporal fue iniciada desde el momento de nuestra concepción y está determinada por aspectos somáticos y psíquicos.

En el momento de nuestro nacimiento comenzamos a aprender del mundo a través de nuestras percepciones, propioceptivas, interoceptivas y exteroceptivas, y en este juego dialéctico entre mundo interno y mundo externo, vamos conceptualizando en forma procesual, los significados del mundo y los objetos, es entonces así como nuestro cuerpo cumple el rol de mediador, indispensable para la construcción de nuestra identidad.


Es a partir del contacto con el mundo, por medio del juego y el movimiento, que el niño desarrollo las capacidades motrices, expresivas y creativas, estructurando “Elementos Fundamentales” en la construcción y desarrollo del cuerpo.



La Psicomotricidad, por otra parte, es una disciplina que se dedica al estudio del movimiento corporal, no únicamente como expresión de descarga sino en una concepción mucho más amplia. Trata la influencia de éste en la construcción de la personalidad y cómo incide sobre lo afectivo, lo intelectual, lo emocional. En ella se considera al niño como una unidad bio-psico-social en la que todos los aspectos de su vida están integrados interactuando entre sí. Antes de los aportes de la Psicomotricidad, el cuerpo era comprendido en una concepción puramente mecánica. De ese cuerpo instrumental, mecánico se pasó a una concepción más amplia en la que se lo relaciona con la expresión, las artes plásticas y dramáticas. Pero ese cuerpo no está solo, es un cuerpo en relación con los otros.

¿Qué es la Psicomotricidad?

El cuerpo es entendido así como instrumento, expresión, relación.
Avances posteriores llevaron a la concepción de cuerpo de un sujeto determinado, con nombre y apellido, idea ésta en la que comienza a importar el deseo del niño. Se trata de una concepción más humanizada y es la que actualmente se considera en la Psicomotricidad.



Esta idea global de niño queda manifiesta en su acción, la que lo liga emocionalmente al mundo y que debe ser comprendida como el estrecho vínculo existente entre su estructura somática, afectiva y cognitiva. Es en la acción del niño donde se articulan todas sus posibilidades de comunicación y conceptualización. La Psicomotricidad se compone de las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio motrices en la capacidad de ser y de expresarse en un contexto psicosocial, la Psicomotricidad desempeña un papel fundamental en el desarrollo armónico de la personalidad.

Un niño sano disfruta jugando. Experimenta placer representando situaciones de la vida real en sus juegos. A la actividad que los niños realizan cuando juegan la llamamos actividad lúdica y ésta está determinada por los deseos del niño de ser de otra forma a la real. Si observan a un niño mientras está jugando es común verlo representar algunos paralelismos con la vida real, pero su papel en la obra siempre es el del adulto.



El juego se basa en el Principio Del Placer ya que cuando jugamos buscamos la satisfacción de una necesidad simbólica, en el mundo real. En el juego como en el sueño todo es posible. Se logra la transformación de lo pasivo en activo, desplazamos al exterior todos nuestros miedos, nuestras angustias internas para llegar a dominarlas con la acción. El juego según la teoría psicoanalítica sirve para elaborar esos contenidos mentales que nos causan angustia mediante su proyección al exterior, como una manera de dominarlos y elaborarlos para posteriormente poder interiorizarlos y convertirlos en pensamientos. Este es el fundamento principal de la terapia de juego muy utilizada en el tratamiento terapéutico infantil.


El juego es un paso previo para una socialización sana y objetiva en el plano real. Los juguetes son como una imitación de la realidad de los adultos. Pueden armarse y desarmarse escenas de juego, pero siempre desde el deseo del niño, dominando los objetos lúdicos. La actividad lúdica permite al niño repetir situaciones tantas veces como quiera, situaciones que en la vida real no podrían repetirse. El niño le da vida al juguete, le sirve para transgredir simbólicamente las prohibiciones. El Yo del niño es un "Yo" en formación, todavía sin recursos para enfrentar la realidad interna con la externa; en definitiva, es un "Yo" todavía inmaduro.


La evolución del juego según Piaget


1. Primeros meses a 1-2 años: Juegos de ejercitación destinados a la obtención del placer sensorio motor.
2. De 2 años a 6 años: Son los juegos del "como sí" que agregan el símbolo y la ficción. El niño representa con gestos todo aquello que no está presente. Es la etapa del juego simbólico.
3. A partir de los 6 años: Juegos reglados. Son una imitación del mundo adulto.

La evolución del juego según Anna Freud

Anna Freud estudió, como el niño evolucionó a través del juego desde el egocentrismo hasta el compañerismo. Habla de las siguientes etapas:



1. Ego/Narcisista: Se muestra identificado con el objeto real. No existe una clara distinción entre el cuerpo de la madre y el suyo propio. Le interesan aquellos objetos que produzcan ruidos hacia la segunda mitad del primer año. Esta es una forma de descargar su agresividad. En esta fase o etapa los juguetes son muy ambivalentes así como los sentimientos que se vuelcan hacia ellos.
2. Exhibicionista: Les gusta disfrazarse, hacer juegos que requieran mucha actividad psicomotriz, jugar a escenificar situaciones edípicas para así elaborar el conflicto edípico.
3. Juegos más definidos y marcados por su sexo. A partir de los 5 años


Juguetes, Organización del uso segun su evolución


1. Juguetes para llenar y vaciar.
2. Juguetes que pueden rodar, que ellos los puedan tirar, arrastrar o subir.
3. Juguetes de construcción que le permiten construir y destruir y así sucesivamente.
En esta etapa de juego (aproximadamente se da cuando empieza el control de esfínteres) es importante que el niño tenga un sitio donde guardar sus juguetes. El orden exterior ayuda al orden interno.
4. Juguetes que sirvan para expresar tendencias masculinas y femeninas. Cada cual en su sexo irá reforzando las identificaciones. En esta etapa coexiste el juego en grupo con el juego solitario.


Algunas últimas consideraciones en la observación del juego del niño


Un niño con gran variedad lúdica, creatividad y comunicación, nas da indicios de buena salud mental.


Si un niño repite el mismo juego una y otra vez nos estará mostrando que está buscando ayuda para resolver su conflicto interno.


Hay niños que demuestran tener muy poca tolerancia a la frustración y su manera de expresarlo es rompiendo, destruyendo lo construido. La tolerancia a la frustración supone una correcta adecuación entre el principio del placer y el principio de realidad.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Reflexiones Sobre el Tema del Jugar

..."Lo central y típico en la actividad lúdica, es la creación de una situación “ficticia”, consistente en la adopción de un papel de adulto, tomado por el niño y en representación suya en las circunstancias lúdicas creadas por el niño mismo"...

..."Lo típico de la situación ficticia es las transferencias de las significaciones de un objeto a otro y las acciones reconstitutivas en formas sintéticas y abreviadas de las acciones reales en el papel del adulto, adoptado por el niño. Eso llega a ser posible cuando se basa en la disparidad que aparece en la primera infancia, entre lo que se ve y el sentido que se da"...
L. Vygotsky.
..."Jugar es hacer, el juego compromete al cuerpo, el jugar tiene siempre una implicancia corporal, implica una acción sobre el mundo externo que modifica a su vez el “mundo interno"...
..."Es innegable que los niños juegan por que les gusta hacerlo, ellos gozan con todas las experiencias físicas y emocionales del juego. podemos aumentar el rango de ambas clases de experiencias proporcionando materiales e ideas, aunque los niños son capaces de encontrar objetos e inventar juegos con mucha facilidad y disfrutar en hacerlo"...

..."La ansiedad constituye un factor principal en el juego del niño, un exceso de ansiedad conduce al juego compulsivo o al juego repetitivo o a la búsqueda relacionada exagerada de placeres relacionados con el juego"...

..."En un comienzo el niño juega solo o con la madre, es en gran parte a través del juego en que los otros niños vienen a desempeñar papeles preconcebidos, entonces el niño comienza a permitir que sus pares tengan existencia independiente"...

..."El juego proporciona una “organización” para iniciar relaciones emocionales y permite así que se desarrollen contactos sociales"...

..."Jugar es un proceso universal característico de la salud, gracias al cual desde los primeros meses el bebe realiza la experiencia de sus habilidades en un campo preparado previamente por su madre"...

..."Debe distinguirse de los instintos, en particular de las pulsiones sexuales o agresivas cuya activación constituye una amenaza real entre lo simbólico y los fantasmas, es característico del acto de jugar y se inscribe como papel fundamental del yo"...
D. Winnicott.





sábado, 20 de septiembre de 2008

La Práctica Psicomotriz en Educación y Terapia

Principios Teóricos.

Esta práctica motriz busca optimizar las intervenciones educativas desde las conductas motrices, tratando de superar el dualismo que siempre ha existido en la enseñanza tradicional, entendiendo al niño desde la Cognición Psíquica sin tener en cuenta la vida emocional y simbólica.

La Psicomotricidad concibe al niño en un como una totalidad, psico somática y se compone de las interacciones cognitivas, emocionales, simbólicas y sensorio motrices. Posibilitando la capacidad de ser y de expresarse en el contexto psico social, promoviendo el desarrollo armónico de su personalidad.
Durante la acción espontánea, el niño deja ver su vida afectiva, ya que durante esta práctica, puede vivenciar la unión dinámica en todas sus acciones y comportamientos, cuando juega, cuando habla, cuando nos mira.
A través de la práctica psicomotríz ayudamos al niño a superar los fantasmas de su vida más profunda, para transitar un proceso de maduración óptimo, que le posibilitará acceder a una adecuada comunicación, expresión, creatividad y pensamiento, condiciones importantes para su futura autonomía.

¿A Qué Llamamos Fantasmas?

Cuando el niño juega, moviliza la vida imaginaria las imágenes inconscientes y la emoción vivida en el espacio sensorio motor. Estas vivencias están en su mente del niño, pero la falta en la totalidad de su cuerpo, no le permite entrar en el registro de lo simbólico.
El niño es incapaz de diferenciar entre la realidad y su propia vida interior o sus pensamientos. Entonces el vínculo entre el significante y el significado, está roto y es solo a través del juego que se libera.
A esas imágenes las llamamos imagos o fantasmas. La representación del fantasma se realiza de dos maneras:

1.Mediante la representación corporal.

El psicomotricista representa al fantasma, introduciendo risas, bromas, llamando, nombrando las cosas por su nombre, hasta a él mismo, para evitar confusión entre realidad y el símbolo, capacidad que la escuela tradicional se encarga de matar en la mente del niño.
La intervención, frente a la aparición del fantasma es de acompañamiento y significación. Es importante que el niño no confunda la figura del psicomotricista con la del fantasma, para poder jugar placenteramente y que no crea que aquel desaparecerá. Cuando el niño se libra del fantasma, el psicomotricista debe estar a su lado para reconocerlo y ayudarlo a evolucionar.


2.Mediante los materiales de la sala.

Es importante estar atento a las manifestaciones del niño, y una ayuda importante es valerse de los recursos materiales para construir soportes del continente psíquico. Posibilitando la existencia simbólica y el acceso a las verbalizaciones.
Estas construcciones pueden efectuarse de dos maneras:
a. El adulto puede ayudar al niño que no puede construir, encontrando los objetos adecuados, entonces por medio de sus gestos representa lo que el niño trata de hacer.
b. El niño construye seleccionando los objetos y el adulto es quien lo ayudará a construir.
c. El niño solo o junto a otros niños tiene un proyecto de juego y puede llevarlo a cabo, entonces el adulto sólo significa lo construido para devolver el espejo de placer, que brinda esta acción.

Esta unión psicosomática, puede ser manifestada por los niños hasta los ocho años y es estrategia única para posibilitar las relaciones entre la motricidad, la afectividad y lo cognitivo. El niño vive la emoción de conocer el mundo y de explorarlo y su forma de hacerlo está controlada por su vida afectiva profunda.
Todo lo inviste o representa en función de su vivencia emocional. A esto lo denominamos expresividad motriz y es la forma de relacionarse con el mundo, todas sus acciones están bajo el dominio de la actividad profunda y la emoción.
Es a través de la práctica psicomotríz y nuestras intervenciones que favorecemos esta expresividad. Transitar este periodo de manera placentera y totalizadora es fundamental en la vida de los seres humanos.
Cuando el niño es bebe, la relación con su madre es muy fuerte, totalmente sensitiva, es lo Julián de Ajuriaguerra llama dialogo tónico emocional. Es la forma única de sostén y una mutua forma de relacionarse, olerse o tocarse. Esta forma de relación es importante para el niño, pero también es igual de importante, la etapa de individuación o diferenciación de la madre, que transitará más tarde, donde el niño busca su propia identidad, separándose de ella.
Reconocerse como sujeto, saber que aquel que observa en el espejo es él mismo, es una toma de conciencia de sí. La conducta de la madre juega un papel importante en este período, pues debe estar presente con el niño, ayudándolo y acompañándolo en este acceso a su autonomía. Es importante que el niño sienta que su madre no va a desaparecer, que ella seguirá allí pero a una mayor distancia entre ellos.
Es entonces que el niño comienza a busca su descentración, su integración en el mundo y con los otros, ya es consciente de que existe y es consciente de sus posibilidades. Es la etapa de asimilación, para Piaget. A partir de aquí, el niño es capaz de pensar por sí mismo y su evolución transcurre naturalmente.
Pero no siempre esta evolución es vivida como una unidad de placer. Por determinados déficit psíquicos o somáticos, aparecen formas de evolución disarmónicas y es en la sala de Psicomotricidad donde el niño juega esta subjetividad y se lo ayuda a evolucionar.
Esta descentración supone la separación del niño de las actitudes egocéntricas, lo pone en conocimiento que no está solo, que debe respetar y compartir con otros, lo hace comprender mejor a los demás, para así poder madurar. A partir de ahora la vida profunda del niño está controlada por actividades tales como el lenguaje, el dibujo, la escritura. El trabajo será entonces de otro tipo, como los juegos de reglas, los deportes o juegos grupales.

La Práctica Psicomotriz Educativa.

La práctica psicomotriz favorece la expresividad motriz, poniendo al niño en relación con el mundo con la vida profunda como fondo, mediante la comunicación, la creación y la formación del pensamiento operatorio.
Se propone tres objetivos específicos en su dinámica de acción: comunicación, descentración y creación.
La comunicación ayuda al niño a vincularse con el mundo exterior. El niño, junto con sus compañeros, juega, salta, corre, construye, destruye... de esta manera comparte sentimientos, convive con los demás. Este consigue descentrarse, comprendiendo que debe ajustarse a acciones sociales donde ponga en juego sus deseos y respete el deseo de los demás, respetando el tiempo, los objetos y los espacios, internalizando estas formas de comunicación, se afirmará como ser independiente, pero junto los otros. Llamamos a esto la socialización del niño.
El adulto, será el encargado de que las relaciones entre los componentes de la sala de Psicomotricidad participen de la práctica en forma saludable. Debe hacer evolucionar al grupo, organizando los juegos de cooperación, de convivencia, de orden y hasta de enfrentamientos de grupos para arraigar la noción de compañero y adversario, pero siempre en su rol de árbitro de la regla y brindando un espacio de seguridad.
Por su parte el niño debe ver a sus compañeros como una ayuda fundamental para lograr un objetivo común, y no como enemigos.
En el aspecto personal del niño, conseguimos la comunicación centrándonos en el aspecto corporal de esa comunicación, con la que el niño se relacionará con los otros, resolviendo esas necesidades que nos muestra, llevamos al niño progresivamente de los gestos a las palabras, haciéndolo avanzar hacia posibilidades creativas y conceptuales imprescindibles para la descentración.
Las vías de proyección del sujeto, se ponen en relación con el espacio, con los objetos y con los demás, aunque todo depende del deseo de comunicarse que tenga. Esta comunicación se genera desde el nacimiento, a partir de la relación tónico afectiva, antes mencionada y que compone con la diada bebé-mamá, hasta su separación y distanciamiento.
La agresividad, seducción y provocación son medios de comunicación, inmaduros y carentes de instrumento, es a través de la Practica Psicomotriz que estas formas deben ser transformadas en actos comunicativos. La comunicación hace al niño evolucionar en el nivel afectivo, abriéndose hacia pares y adultos.Esta comunicación puede darse a nivel verbal y no verbal.
La creación surge cuando las representaciones que el niño tiene del mundo exterior se concretan por medio de la acción y el movimiento.
El deseo de crear, surge en el niño cuando percibe situaciones significativas y estas lograron producir una resonancia transformadora.
Construyendo, armando o dibujando, surge en el niño la necesidad de comunicarlo, para lograr que estas acciones perduren en el tiempo y sean factibles de ser internalizadas.
El adulto debe animar esta necesidad de creación mediante el juego. La alegría que produce en el niño al finalizar su obra y recrearse en ella hace que necesite compartirla y transmitirla a otros. Así favorecemos a la descentración. La expresión es la traducción de la actividad mental.
El proceso de expresión desarrolla en el niño, capacidades relacionadas con la necesidad innata del hombre de comunicarse y con el proceso sensorial y perceptivo. Lo expresado esta en relación directa con lo observado, hablado o experimentado.

martes, 16 de septiembre de 2008

Técnica de la Observación y Registro

Si bien la observación es una acción, que pocas personas consideran innecesarias, son también pocas, aquellas que las realizan con actitud planificada consciente, atendiendo lo que observa.
Sabemos que la observación forma parte del método de investigación científico, que requiere de una planificación y supone una conducta deliberada del observador, cuyo objetivo es el de recoger datos e información para poder formular una hipótesis, y en un futuro verificarla.
En muchas ocaciones se confunde observar con mirar, ver una práctica o acciones de niños en situación de juego. El mirar utiliza lo visual, pero hay una intención concreta, un sujeto participando del hacer, consciente y sistemático.
Por eso se habla de diferentes miradas, miradas que condicionan acciones, que se conectan con otras miradas, hemos escuchado hablar mucho del valor comunicacional de la mirada, y como en la estructura del diálogo tónico-emocional, esta mirada constituye un factor fundamental en la matriz vincular del niño.
La observación en educación, es diferente a otras disciplinas científicas, porque el objetivo de estudio en la mayoría de casos, se realiza sobre hechos observables y concretos, pero siempre en proceso de transformación. Observar las acciones donde está implicado el hombre con su subjetividad en juego, como objeto de estudio, supone un complejo entrecruzamiento de variables, requiriendo pericias de observación y fieles registros, requiriendo del observador, habilidad y oficio.
Mirar al otro, lo captura, y el sujeto observado se convierte en un "prisionero" de su mirada, esto produce en el observado, reacciones de prestancia. Situaciones defensivas, que lo pueden conducir a manifestar conductas estereotipadas, forzando o deformando su habitar el espacio.
La observación nunca es neutra, la relación dialéctica que se produce entre el observador y el observado, produce una tensión cuyo producto puede ser la aceptación del vínculo, el rechazo o la inhibición, pero siempre es transformadora para ambos sujetos.
Si bien esta relación de observación es subjetiva, no puede negarse que es una realidad y como tal debe registrarse, concientizarse y analizarse, por que esa realidad subjetiva puede producir en las demás personas con las que se analiza lo observado, otras perspectivas en relación a los mismos hechos.
Según Barchelard: "El conocimiento de la realidad es una luz que proyecta siempre alguna parte de sombra", entonces donde no está la luz de nuestra mirada observadora, se ubica lo inobservable.
Con la aparición de la función de lo no observado, podemos inferir por contraste que esa fracción iluminada tiene para el sujeto observador, más "importancia", entonces tiene una cualidad especial.
Esta cualidad tiene relación estrecha con lo subjetivo del observador, con su marco teórico referencial, con su experiencia y estado emocional en el momento de la acción. El observador debe registrar los fenómenos con fidelidad, para que tengan validez los datos obtenidos.
Es necesario trabajar en la formación del observante, desarrollar en él una actitud de escucha empática, debe tener conocimiento y experiencia en registrar lo que le sucede, interpretar la resonancia vivenciada, y qué procesos internos experimenta o que fantasmas reactualiza mientras observa.
Mientras se observa, pueden verse muchas cosas simultáneamente, pero el sujeto que observa, percibe sólo lo que le interesa, no es una fotografía de la realidad, sino más bien es la interpretación subjetiva de la misma.
Esa recepción de estímulos, producen variadas emociones, esa sensopercepción es una respuesta anticipada a la realidad, o sea que lo registrado es el feed-back directo y el filtro subjetivo de la realidad. Filtrar la percepción es una definición de atención.
De esta forma vemos como la atención y la motivación tienen una influencia importantísima en la observación en relación al observador. Si no hay una necesidad que produzca la motivación, para poner en marcha la función de atención, es imposible que se produzcan el proceso de filtración de estímulos y no hay posibilidad de registro.
Otro concepto que podríamos traer es cuando más energía para procesar estímulos corporales se utiliza, menor capacidad tenemos para elaborar procesos en el hemisferio simbólico. Es importante alcanzar posturas y posiciones que permitan una mejor y más eficaz observación, evitando dolores, fatigas, posiciones incómodas, o imitar modelos que no permitan el desarrollo y la pertenencia de nuestra forma particular de estar.
Una descarga motriz, o un movimiento cada tanto nos permiten un mejor desarrollo de los procesos simbólicos, ya que procesos continuos de pensamiento, de escucha, traen aparejado la fatiga y la somnolencia.
Cuando la actividad motriz se puede apoyar en otros niveles subcorticales, los niveles superiores pueden dedicarse a los procesos de observación. La capacidad de observación está en relación con los factores hereditarios y el aprendizaje, sería entonces interesante entrenar esta capacidad.
¿cuál es la distancia óptima para observar?
ubicarse lo más cerca posible para poder mirar lo que allí sucede y lo más lejos posible para no incidir en el fenómeno que se presenta, pudiéndose desplazar en caso de creer necesario para poder registrar algún hecho que así lo requiera.
En la observación de psicomotricidad se debe hacer un escucha amplia porque las producciones del sujeto y del grupo, son un discurso multiforme, movimientos, palabras, gestos, mímica, posturas, actitudes de diferentes formas de habitar el espacio, de utilizar objetos y de interactuar.
El aporte desde un lugar diferente ayuda a comprender los fenómenos psicomotrices y el proceso grupal. El observador participa activamente en la escucha, pero no es parlante ni participante corporal, esto le permite hacer una lectura en otro tiempo, distinto al coordinador, que está implicado corporalmente en el juego.
Muchas veces el mismo coordinador necesita tener una referencia de su propio trabajo y encuentra en el registro del observador, también es útil registrar las ideas que surgen espontáneamente mientras se observan, podrían incluirse en forma de interrogantes o notas, sería como ponerle palabras a sus propias producciones.

Según Bernard Aucouturier, podemos distinguir tres tiempos en la tarea de la observación:

1º tiempo: La Descripción, "Lo que ví"...
Registrar las producciones de las personas, es un registro Y descripción de espejo, con relación a: El espacio utilizado - Material utilizado – Temporalidad – Posturas - El movimiento y tonicidad - Encuentro con otras personas
2º tiempo: La Resonancia, "Lo que sentí"...
Lo emocionalmente vivido ante las situaciones: Sentimientos de angustia, indiferencia, sorpresa, alegría, agresividad.
3º tiempo: La Hipótesis, "Lo que yo propongo"
Es una búsqueda de sentido a partir de una vivencia que opera sobre la realidad de las producciones.

Para finalizar es condición, incluir una conclusión de la experiencia realizada que sintetice explícitamente todo este complejo proceso de observar.

martes, 9 de septiembre de 2008

la Psicomotricidad como Estrategia de Intervención

La importancia de Jugar

La psicomotricidad es una estrategia técnologica, que facilita un espacio y un tiempo de acción para el niño, permitiéndole disfrutar del placer del movimiento para luego poder disfrutar del placer de pensar y aprender, un lugar donde poder ser él mismo y potenciar así su desarrollo global (motor, cognitivo y emocional), a través del movimiento espontáneo, libre, seguro y siempre desde sus propias capacidades.

El elemento indispensable de contacto con la realidad exterior es el propio cuerpo del niño.

La expresividad motriz se manifiesta en las relaciones que el niño establece con el espacio, el tiempo, los objetos y las personas que juegan junto a él, con su propio cuerpo. La observación de estos parámetros permite conocer el nivel de maduración del niño, así como los bloqueos, fijaciones y alteraciones, que impiden el desarrollo armonioso de su personalidad.

Las posturas, el movimiento, la voz, la mirada, el ritmo, todo el lenguaje no verbal, cómo trepa, cómo salta, cómo se disfraza o cómo y que dibuja, se convierten en indicios, síntomas y acertijos de la historia pasada y actual del niño.

Mediante la Psicomotricidad operativa, vivenciada o relacional, se pone al niño en situación de vivir emocionalmente el espacio, los objetos y la relación con el otro, de descubrir y descubrirse, única posibilidad para él, de adquirir e integrar el conocimiento de su propio cuerpo, del espacio y del tiempo.

¿Cómo transcurre una sesión de Psicomotricidad?

La sesión de psicomotricidad transcurre en un tiempo de 50 minutos y se divide en tres momentos:

1- Ritual de entrada o rueda inicial, en el que se hace un círculo, donde los niños pueden ver toda la sala, hablar sobre lo que quieran o puedan y se recuerdan las normas que previamente han sido establecidas ( podría ser: no hacer daño a los demás ni a uno mismo, no romper el material o lo que otros construyen, y cuando se avisa que termino la sesión, nos volvemos a juntar en círculo). 2- Juego libre, en el que los niños realizan el juego que quieren en el espacio y con el material que ellos eligen. Hay diferentes tipos de juego:

Juegos sensoriales (de destrucción-construcción, de disfrute del movimiento con arrastres, rodar, saltar, aparecer-desaparecer) que son la base para crear la imagen y esquema corporal, y que permiten coordinar el movimiento con la emoción.

Juego simbólico, por medio de los cuales los niños dramatizan, construyen sus espacios, muestran sus gestos, emociones, su postura, su mímica, etc.
Utilizan el material que hay en ese sector (carritos, mantas, muñecos, telas, módulos de diferentes tamaños y colores, envases de diferentes tamaños , sogas...) y son acciones previas a los juegos de roles.

Juegos de precisión y reglas, que supone ya una coordinación y una integración corporal. Los niños mayores los prefieren porque ya incluyen reglas, formas de jugar (luchas, competencias, tenis, emboques o encestados, puntería o saltar en un lugar concreto en distancia).

3- Ritual de salida o Rueda final, es el momento donde los niños pueden expresar y representar todo lo vivido en el juego. Es la recuperación de todo o que ha ocurrido en la sesión por medio de la verbalización, el dibujo, el modelado o el juego.
El rol del adulto en la sesión de Psicomotricidad

El psicomotricista es la figura que favorece las iniciativas de los niños, los mira, los anima y escucha activamente, intentando intervenir lo menos posible y siempre sin juzgar. Acepta al niño tal y como es, y lo contiene cuando lo cree necesario a través del gesto, la mirada, el tono de su propio cuerpo o la palabra. Se encarga también de separar espacios cuando hay juegos diferentes para que no se golpeen ni molesten unos a otros. Además facilita la expresión de sentimientos y vivencias de los niños.

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